Palabras de presentación del libro La expedición de Cayo Confites, en la Feria Internacional del Libro de La Habana, 2013
Elier Ramírez Cañedo Me satisface muchísimo referirme a un texto recientemente presentado en la Feria Internacional del Libro de La Habana y que estoy convencido será leído con mucho interés, especialmente por cubanos y dominicanos. Se trata de La Expedición de Cayo Confites (Editorial Oriente, 2012), la más reciente contribución historiográfica del colega y gran amigo, Dr. Humberto Vásquez García. El autor de esta monografía es sin duda uno de los investigadores mas avezados en el período 1935-1952 de la Historia de Cuba. Quienquiera que haya leído sus obras anteriores, sobre todo, El Gobierno de la Kubanidad, premio de la crítica científico-técnica en el 2005, coincidirá conmigo en esta valoración (1).
Tuve la dicha, incluso antes de conocer a Humberto, de leer un excelente ensayo de su autoría publicado en la Revista Cuba Socialista, bajo el título: “Entre dos revoluciones: un capítulo pendiente de nuestra historia republicana”, que me reafirmó con la madurez de su análisis, la idea que tenía de que este período de nuestra historia, era de vital importancia trabajarlo en profundidad, ante la escasez de bibliografía existente sobre el mismo y las mistificaciones que desde fuera, e incluso también en alguna medida en nuestro país, se estaban haciendo de los gobiernos de esta etapa. Como bien señala Humberto en este trabajo:
“No es casual, …, que historiadores, politólogos y plumíferos al servicio del imperio magnifiquen las bondades de esos regímenes –libre empresa, pluripartidismo y libertad de prensa burguesa- obviando o, peor aun, reconociendo en parte la demagogia y la corrupción que los caracterizaron y hasta algunos de los numerosos actos infames que cometieron. No lo es tampoco que traten de reivindicar a dichos gobiernos –con el explícito o sutil mensaje de que si no todo tiempo pasado fue mejor, al menos ese si lo fue- y a las figuras que los encabezaron” (2).
Tengo que decir, que gracias a los aportes de Vázquez, junto al de otros investigadores, se ha logrado desbancar muchos de los mitos de esta etapa que Fernando Martínez Heredia denomina Segunda República Burguesa Neocolonial (3), debido fundamentalmente a la reformulación de todo el sistema hegemónico que se produjo en la Isla tras la revolución del 30. Ello no significa que se dejen de reconocer los aciertos que pudieron haber tenido estos gobiernos. No obstante, esta etapa de nuestra historia continúa demandando nuevas miradas y aproximaciones de nuestros historiadores. Lo mismo puede decirse de la que comprende la Revolución en el Poder, de 1959 en adelante. Recordemos que de nuestros vacíos historiográficos se aprovechan muy bien los enemigos del proceso revolucionario cubano para construir una historia falseada y manipuladora, dirigida primordialmente a confundir a las generaciones que no vivieron la época.
La Expedición de Cayo Confites constituye la primera aproximación historiográfica en la Revolución dedicada íntegramente al tema del malogrado intento de insurrección contra Trujillo del año 1947. Anteriormente solo se habían publicado algunos ensayos, artículos y testimonios, todos los cuales fueron consultados por el autor en la profunda investigación que precedió la redacción de la obra.
Asimismo, cualquier lector experimentado podrá percatarse por lo voluminoso del libro, de la cantidad de información que se aporta en este texto sobre tan interesante pasaje histórico, digno de una película o novela. Más de 400 páginas son dedicadas apenas a tres meses del año 1947, tiempo en el que se planeó, desarrolló y produjo el fiasco del plan para derribar al dictador Trujillo. Muy acertado me pareció además que se incorporara al final del libro varios acápites relacionados con el destino que corrieron las armas y algunos de los principales hombres implicados en el movimiento antitrujillista.
La expedición de Cayo Confites, como bien sostiene Humberto, es la historia de una aventura desventurada. Con un discurso atractivo, en el que la descripción y el análisis riguroso se dan de la mano, Humberto nos demuestra como los hermosos sentimientos de solidaridad del pueblo cubano con la causa de sus hermanos dominicanos, que aspiraban liberarse de una satrapía tan sangrienta como la de Trujillo, fueron utilizados vilmente por figuras pertenecientes o vinculadas estrechamente al gobierno de Grau, como el corrupto ministro de Educación, José Manuel Alemán, Manolo Castro, Rolando Masferrer, entre otros, para satisfacer sus intereses personales y ambiciones de poder. En cambio, resalta en el libro el papel que en toda esta trama desempeñaron dos hombres que luego escribirían hermosas páginas de la historia latinoamericana y caribeña, un dominicano y un cubano. Por supuesto que me refiero a Juan Bosch y Fidel Castro. Ellos, junto a otros miles de alistados en la operación, fundamentalmente cubanos y dominicanos, sufrieron durante prácticamente tres meses del año 1947, en Cayo Confites, al norte de Camaguey, la escasez de agua y alimentos, la falta de higiene y el castigo de la naturaleza más agresiva, y finalmente fueron traicionados por Grau y los miembros de su gobierno que estaban implicados en la organización de la expedición. Fidel y tres expedicionarios más evitaron ser capturados, pero la mayoría de los enrolados en esta aventura fueron apresados y humillados por las fuerzas del régimen cubano. Juan Bosch arriesgó su vida en una huelga de hambre demandando la liberación de todos sus compañeros.
Más yo no voy a contar toda la historia de los preparativos y los desafíos que enfrentaron durante varios meses los integrantes de la fuerza expedicionaria, tampoco me referiré al papel que desempeñó el gobierno cubano y el de los Estados Unidos, así como la reacción de los poderes de Trujillo, todo eso se aborda de manera prolija en el libro. Me parece más interesante resaltar, como otro de los grandes aportes de la obra, el análisis del autor acerca de los factores que contribuyeron al fracaso de aquella aventura. Después de exponer las distintas versiones publicadas sobre las causas de la derrota de aquella expedición, Vázquez señala las que él considera, desempeñaron un papel determinante:
1) Las denuncias de Trujillo. Queda muy bien explicado en el libro la intensa y efectiva campaña diplomática y propagandistíca desarrollada por el gobierno de Chapitas, lo cual contribuyó a movilizar a Washington en contra de la expedición, utilizando todo el marco legal establecido por el Sistema Interamericano. Hay que decir que Trujillo tuvo éxito también al darle a la expedición que se preparaba en Cuba el manto de una conspiración comunista, lo que en medio de la intensa Guerra Fría que se libraba en aquellos tiempos, fue un factor que lo ayudó a ganarse el favor de los norteamericanos. En este sentido habría que añadir que Trujillo no necesitó tanto de su aparatoso sistema de inteligencia, pues los propios organizadores de la expedición lo auxiliaron al manejar todas las cuestiones relacionadas con el movimiento revolucionario con muy poca discreción, llegando a convertirse en un asunto de vox populi. Fidel advirtió y criticó sobre este crucial error desde el inicio.
2) La traición del general Pérez Dámera. Se habla en la obra de la posibilidad de que el jefe del ejército cubano haya recibido dinero de parte de Trujillo. Esto se maneja a nivel de hipótesis, pues realmente no existen pruebas definitivas, pero los movimientos de Pérez Dámera y su actitud en todo momento negativa con respecto a la expedición hacen pensar con mucha fuerza en su traición. Sobre todo, debido a su entrevista con Trujillo en 1949 a espaldas del presidente Carlos Prío.
3) Las presiones del Gobierno de los Estados Unidos. En el libro queda demostrado, como los Estados Unidos en un primer momento toleran la venta de armamentos, barcos y aviones al movimiento antitrujillista, y luego, cuando los planes de invasión estaban más avanzados, se opusieron radicalmente a su materialización, dándole apoyo moral y material al dictador dominicano.
4) El abandono del movimiento por el presidente Grau San Martín. Como bien sostiene el autor “Grau cedió a las presiones del Gobierno yanqui y terminó sofocándolo como éste le había exigido” (4). En este sentido es sorprendente la manera tan maquiavélica, carente de consideración de cualquier principio moral o de una conducta al menos consecuente, en la que se manifestó el presidente Grau, dando muestras de que la política cubana era un verdadero relajo en aquellos años.
5) Los problemas internos. Coincido con el autor en su consideración de que este elemento referido a las contradicciones internas que se produjeron en las fuerzas expedicionarias, no fueron determinantes en el fracaso de la expedición.
6) La conducta de Masferrer. Vázquez expone que el inexplicable y confuso comportamiento de Masferrer pocas horas antes de que se produjera la debacle final de todo el movimiento contra Trujillo, lo señalan como culpable de la liquidación del último reducto expedicionario.
Solo me resta señalar que no todas las incógnitas sobre los acontecimientos y la actuación de algunas de las figuras implicadas en la expedición de Cayo Confites, quedan aclaradas plenamente en esta obra, pero el trabajo realizado por Humberto nos ha adelantado muchísimo en ese camino. Creo que el autor verá cumplimentado otro de los objetivos que se propuso al escribir este trabajo: estimular a otros que continúen la investigación y logren esclarecer muchas de las zonas oscuras que aún existen en torno al tema. Así, no me queda la menor duda de que este libro de Humberto Vásquez, como el anterior que realizara sobre el gobierno de Grau, pasará a engrosar la lista de nuestras joyas historiográficas de imprescindible consulta.
NOTAS
(1) También ha publicado Historia, aventuras y leyendas del brillante del Capitolio, Ediciones Boloña, La Habana, 2006 y De Chapultepec a la OEA. Apogeo y Crisis del Panamericanismo, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2001.
(2) Véase Humberto Vázquez García, “Entre Dos Revoluciones: Un capítulo pendiente de nuestra historia republicana”, Revista Cuba Socialista, #47, abril-junio de 2008.
(3) Véase Fernando Martínez Heredia, “Nacionalizando la nación. Reformulación de la hegemonía en la segunda república cubana”, en: Andando en la Historia, Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello y Ruth Casa Editorial, La Habana, 2009, pp.157-191.
(4) Humberto Vázquez García, La Expedición de Cayo Confites, Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2012, p.384.
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