H. Romo Sigler
(La Habana, 2 de marzo). Ante una concurrencia fenomenal, que abarrotó el Estadio Intercontinental de Taichung, el conjunto de Taipei de China derrotó a la escuadra de Australia, 4 x 1. Los anfitriones se mantuvieron al frente a lo largo de todo el partido, tomando la delantera en la misma primera entrada ante los envíos de Chris Oxpring. En la victoria taipeiana resultó decisiva la labor del serpentinero abridor Chieng-Ming Wang. El derecho se mantuvo en la lomita durante 6 capítulos, se retiró con 61 lanzamientos, permitiendo únicamente cuatro inatrapables, con dos ponches propinados y ningún boleto concedido.
Wang, en estos momento con los Nacionales de Washington, en el viejo circuito de la Major League Baseball (MLB), no se encuentra ni mucho menos en el pináculo de su carrera, sin embargo se presentó en excelente forma en la mañana sabatina para deleite de los veinte mil compatriotas suyos que se congregaron en la bella instalación, sede de las acciones del Grupo B.
El monticulista, nacido el 31 de marzo de 1980 en la ciudad de Tainan -con 6 pies, tres pulgadas de estatura, y 230 libras de peso-, actuó entre el 2000 y el 2004 con varios conjuntos de Ligas Menores, pertenecientes a la organización de los Yankees de New York, hasta que en el 2005 debutó con ese mismo conjunto dentro de la Gran Carpa. Con los Bombarderos del Bronx tuvo tres temporadas formidables pues en el 2006 ganó 19 choques con 6 derrotas, en el 2007 alcanzó nuevamente 19 sonrisas, con 7 descalabros, mientras que un año después llegó a los 8 éxitos con dos reveses. A partir de ese momento no fue el mismo, lo que determinó su salida de la nómina neoyorquina, en febrero del 2010, hacia el conjunto de la capital estadounidense.
Con el triunfo los asiáticos se ponen a un paso de la clasificación, si bien para lograrlo tendrán que imponerse a Holanda o Corea del Sur, este último favorito de todos los entendidos para obtener el primer boleto en disputa de este pool.
En el otro apartado, que comenzó este 2 de marzo, la increíble representación brasileña estuvo a punto de dar la primera gran sorpresa de este III Clásico al derrotar, hasta el octavo episodio, al combinado de Japón, doble monarcas de estas lides. La tropa del mentor Barry Larkins, exaltado recientemente al Hall de la Fama de la MLB, salió sin complejos a la superficie sintética del Yahoo Dome de Fukuoka -que congregó a 28 161 espectadores-, con la intención de confirmar que su clasificación en el torneo previo de Panamá - dejando en el camino a los canaleros, Colombia y Nicaragua- estaba lejos de ser obra del azar.
Los auriverdes, que en la Copa Mundial celebrada en La Habana en el 2003 igualmente quedaron a un paso de eliminar a nuestro elenco (dos anotaciones en el octavo, producto de un triple de Yulieski Gourriel y cuadrangular de Kendry Morales, nos dieron agónica victoria de 4x3), vienen desarrollando un trabajo con respecto al deporte de las bolas y strikes, cuyo objetivo es expandir esta disciplina a lo largo del gigante sudamericano.
En ese sentido varios técnicos antillanos han puesto, desde hace varios años, un granito de arena. No en balde Estebao Sato, vicepresidente de la Federación Brasileña de Béisbol, reconocía en la propia sede del evento la labor de Rodolfo Puentes, Jorge Luis “Tati” Valdés y, muy especialmente, la del desaparecido lanzador avileño Omar Carrero.
Aunque de la actual selección canahariña 10 hombres juegan en diferentes ligas de Japón, también es un hecho que han logrado insertarse en otros circuitos, principalmente en Norteamérica, incluyendo 9 de ellos con diferentes contratos dentro de la MLB. Desde ese punto de vista lograron que Yan Gómez, que jugó en la cita previa de Panamá pero que decidió ausentarse ahora, se convirtiera en el primer nacido en tierras cariocas en desempeñarse dentro de las Grandes Ligas.
Con respecto a la actuación de la noche sabatina, en el lejano oriente, hay que resaltar que dieron pelea frente a los bicampeones en todos los renglones de juego. Ya en el debut el estelarísimo Masahiro Tanaka permitió una anotación, resultado de inatrapable del antesalista Leonardo Reginatto; que remolcó al center field Paulo Orlando basificado en segunda luego de conseguir sencillo y llegar a la intermedia por error del camarero.
Por la ofensiva carioca Reginatto obtuvo los mayores honores bateando de 4-3 (incluyendo dos tubeyes), con dos impulsadas y una anotada. El patrullero Orlando, que milita en la franquicia de los Reales de Kansas City, se fue de 4-2, pisando un par de veces la goma. Larkins decidió entregarle la pelota al diestro Rafael Fernández, reservando para Cuba a su principal carta, el también derecho Andre Rienzo. Probablemente el director de los cariocas tomó la decisión considerando la experiencia de Fernández dentro de la Nipon Professional Baseball (NPB), como integrante de los Tokio Yakult Swallows.
Los jugadores de casa volvieron a acusar la falta de pólvora con el madero que, durante las últimas presentaciones, había alarmado a la exigente afición nipona. Solo en el octavo episodio sacaron a relucir su casta para, con tres carreras, remontar el partido que concluyó 5 x 3. Ha sido tal la falta de oportunidad de sus hombres que su gran estrella Shinnosuke Abe, receptor de los Gigantes de Yomiuri, no comenzó como titular por el slump evidenciado en los desafíos de preparación. El timonel Yamamoto, sin embargo, lo mandó al cajón de bateo como emergente en esa penúltima entrada, con la casa llena y ante una ensordecedora algarabía del público, quien soltó una sólida línea a segunda que detuvo el intermedista Felipe Burin, aunque no pudo impedir que los locales tomaran el mando, ventaja que ampliaron con el batazo al central de Nobuhiro Matsuda. Finalmente el cubano Ernesto Noris sofocó la rebelión, tirando también las serpentinas en el epílogo sin permitir hits.
En apenas unas horas saltará al terreno el equipo cubano. El director Víctor Mesa confirmó su anuncio anterior de colocar como abridor al espirituano Ismel Jiménez.
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