La Isla Desconocida navega en pos de sí misma, la utopía en pos de la utopía, buscándose y hallándose siempre a medias, en mares cercanos a los dominios reales.
jueves, 11 de junio de 2009
El libro que yo hubiera querido vivir
Enrique Ubieta Gómez En dos días, en intervalos robados al trabajo, me leí el libro de Max Marambio, Las armas de ayer(Editorial José Martí, 2008; la edición original es de Ramdom House Mondadori, S. A., 2008). “Ese es el libro que yo quería leer”, escribió en el prólogo García Márquez. Puedo suscribir esa afirmación, pero que lo diga El Gabo es consagratorio. Todavía me siento sumergido en su historia, y estoy tentado a decir: “es el libro que yo hubiera querido vivir”. Son los años de la Unidad Popular chilena en el poder, y los primeros meses del golpe de estado fascista, narrados con sencillez y belleza, con alegría y dolor a veces, sin escamotear sucesos desagradables u opiniones contradictorias, por un protagonista de los hechos –militante del MIR hasta el momento en que se produjo la ruptura del Movimiento con la Unidad Popular, jefe de la escolta personal de Allende, llamada por todos Grupo de Amigos Personales (GAP), militante revolucionario cubano por adopción--, que no se siente arrepentido, aunque reconozca sus errores. Un Salvador Allende de carne y huesos, expuesto en todos los matices de su personalidad, crece en las páginas del libro hasta adquirir, sin maquillajes, la forma inconfundible del héroe: humorista, valiente hasta la osadía, en ocasiones frívolo, consecuente, leal. ¿Acaso no es también Marambio el personaje de una novela por escribir?, ¿cuántos personajes como él –en Cuba, en América Latina--, viven fuera de los libros, desterrados por una ola fría de intimismos estéticos o paisajes desolados de una llamada literatura posrevolucionaria, mientras otros hombres y mujeres construyen la Revolución en Cuba, en Venezuela, en Bolivia, en Ecuador... y sienten en sus talones, nuevamente, el costillar de Rocinante? Las armas de ayer no es un libro de “realismo socialista”, es una historia profundamente humana, conmovedora, que carga con sus propias contradicciones, con las luces y las sombras de una época, de la que podemos sentirnos orgullosos los revolucionarios latinoamericanos.
Ensayista y periodista. Es autor de los libros Ensayos de identidad (1993), De la historia, los mitos y los hombres (1999), La utopía rearmada (2002), Venezuela rebelde (2006), Cuba, ¿revolución o reforma? (2012), Ser, parecer, tener (2014) y Zona roja. La experiencia cubana del ébola (2016), entre otros. Integró el equipo de redacción de la Historia de la literatura cubana en tres tomos, que preparó el Instituto de Literatura y Lingüística. Fundó y dirigió la revista Contracorriente (1995 - 2004) y la Videoteca Contracorriente del ICAIC (2003 - 2007). Creó y dirigió a partir de 2008 y hasta 2016 La Calle del Medio, publicación de opinión y debate. En la actualidad dirige la 4ta época de la revista Cuba Socialista, órgano teórico y político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Recibió en 2002 la Distinción por la Cultura Nacional y en el 2011 la Orden Félix Elmuza. En el 2015 recibió la Medalla Hazaña Laboral.
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