«Hay por delante problemas esenciales, como la sorda y gigantesca guerra cultural interna que en Cuba se libra entre socialismo y capitalismo. Es necesario poner toda la sabiduría universal alcanzada en función del predominio de la solidaridad humana, del poder popular, del gobierno de la sociedad sobre la economía, de la defensa de la soberanía, es decir, en función del socialismo.
«Hay que promover más la participación y el control populares para fortalecer el proceso revolucionario. Por otro lado, el debate es tan necesario a la sociedad como la respiración a las personas.
«En todo el país existe un nuevo contingente de juventud que une a sus capacidades y expectativas unos ideales que rechazan la sucia manera de vivir que exige el capitalismo, que quieren que sus vidas y Cuba continúen la colosal aventura abierta por la Revolución. Pero ellos no aceptan viejos rezos, ni burócratas, ni comidas para bebés. Tengo la convicción de que ellos serán capaces de entender y asumir la gigantesca tarea que les tocará realizar, que sabrán cumplir sus deberes y exigir sus derechos, que serán decisivos en las nuevas creaciones socialistas en el 2010 y en los años por venir.
«En el 2010 todo tendrá que partir de las tremendas dificultades económicas que analizaron el día 20 de diciembre la Asamblea Nacional y Raúl. Ante las duras carencias de recursos materiales, resulta más claro que nunca que el factor subjetivo es el determinante en la transición socialista —como explicaba el Che— y más claros por tanto los deberes que cumplir y las posibilidades de aportar del pensamiento social. Sería criminal no utilizar el inmenso potencial que hemos acumulado en los campos de la conciencia y del conocimiento.
«No es necesario ningún recurso material para ser solidarios y fraternos; para ser laboriosos y no vivir del esfuerzo ajeno o de espaldas a lo que el país necesita; para retribuir al trabajo y distribuir las riquezas con justicia social; para servir a los demás como queremos que nos sirvan a nosotros; para brindarles una nueva educación a los niños y jóvenes; para que los medios de comunicación sean reales y útiles al pueblo; para que la política sea un lugar de participación popular, de servicio, de creaciones y de iniciativas. El 2010 puede ser un año trascendental, que se recuerde por siempre, pero solo lo será si entre todos somos capaces de haberlo convertido en trascendental».
(Fernando Martínez Heredia, director general del Instituto de Investigaciones Culturales Juan Marinello)
// Entrevista de Marianela Marín, Alina Perera y José Alejandro Rodríguez.
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