martes, 6 de noviembre de 2012

El encontronazo del huracán. La crónica de un 28 de octubre en Holguín


Este testimonio fue escrito hace algunos días, y su autor es el director de cultura del Gobierno Provincial de Holguín. La Fiesta de la Cultura Iberoamericana se celebra cada año en el mes de octubre en esa ciudad y se clausura el 28, pues los conquistadores españoles arribaron a la isla ese día por uno de sus puntos costeros, donde hoy radica el poblado de Bariay. Este año el huracán Sandy imitó a los conquistadores y arrasó ese pedazo de territorio, pero los artistas nacionales y los invitados de otros lares no se amilanaron. Comparto con ustedes esta experiencia de solidaridad.

Alexis Triana
Un sol bueno ha amanecido en Holguín tras los temibles vientos huracanados de Sandy, que atravesó el Oriente de la Isla y devastó Santiago de Cuba, y tan intenso como el entusiasmo de los delegados que han viajado hasta Bariay de diecisiete países, el mismo día en que se cumplen 520 años del arribo por esta costa de los conquistadores europeos, y que significó el largo camino al Nuevo Mundo.
Como si fuera asunto de la vieja maldición, al lado de la célebre firma del viejo Almirante de la Mar Oceana, fraguada en cemento, yace otra vez patas arriba el techo del Sitio Histórico, que había sido restaurado recientemente y reforzado con metales porque guarda las huellas de la primera aldea narrada en el polémico Diario de Navegación. Hoy, hacia el Oeste de la ruta colombina, más de trece mil familias se han quedado sin hogar tras las tres más largas horas de otra madrugada terrible. Más de setecientas escuelas sin techo, los hospitales de Banes y Mayarí como bombardeados, nueve museos y siete casas de cultura con daños de todo tipo, sin cubierta las naves de almacenar los indispensables alimentos....
Los participantes en la XVIII Fiesta de la Cultura Iberoamericana bien lo saben, y tras visualizar las imágenes aéreas en la pantalla del Teatro Ismaelillo, reforzaron su negativa de retirarse de la ciudad, como los más de cuatro mil turistas alojados en los hoteles de playa, quienes decidieron ayudar a los mismos que le servían en la noche anterior: ayudaron a arreglar los falsos techos desprendidos, cooperaron en la limpieza de sus habitaciones, se bañaron apenas con pomos de agua embotellada, porque los árboles más frondosos y los postes eléctricos cayeron como moscas, bocabajo y arrancados de raíz, y bloquearon hasta las dos carreteras de acceso a la zona de Guardalavaca, por lo que ni los trabajadores podían regresar a sus casas, ni las bombas de abasto de agua podían funcionar.
Tampoco Bariay tiene energía eléctrica esta mañana en que se lee la Declaración de Solidaridad. Y se evoca a la Nueva América, y se discursa a duras penas, con una pequeña planta que hace más ruido que un viejo tractor, porque los grupos electrógenos disponibles están a todo reventar en las panaderías y donde más se necesiten. Ahora mismo está cantando el barbadense Magnet Man, inconfundible en la amistad y en el acento. En su derredor se arremolinan las incansables muchachas del comité organizador, y los alegres jóvenes bailarines del grupo folclórico "Colombia Triétnica" ; y brindan con vino criollo el vicepresidente de la Sociedad Antonio Núñez Jiménez, y el presidente de la Asociación Vitofílica, y el incansable historiador de Baracoa, y el director de la Red Cubarte en el Ministerio de Cultura, y hasta los malhumorados valencianos de los Moros de Alquería, porque su catamarán contratado no podía navegar ante los riesgos de los troncos que siguen llegando río abajo.
Hay un llamado fraterno a ayudar al Oriente de Cuba en esta hora. Y como cada 28 de Octubre, se invita a regresar, no importa si es a la XIX Fiesta de la Cultura Iberoamericana, o a las Brigadas Artísticas Internacionales de Solidaridad, que ya son prácticamente lo mismo porque los artistas han visitado el batey azucarero de Báguano, donde el golpe de huracán rompió las dos casas de cultura recientemente reparadas, y Rafael Freyre inundado por todas partes, mientras se aprestan a llegar al corazón de Mayarí, en donde no quedó una teja en pie: ni el museo tan cuidado, o la galería de arte que se construía, o la reluciente casa de la cultura que costó dos años devolver a su antiguo esplendor.
A ratos pareciera estar viviendo un filme que se traba y repite en el proyector alguno de sus cuadros: por aquí mismo, en el 2008, entró sorpresivamente el Huracán Ike y, entre múltiples daños, afectó ciento cinco instalaciones culturales. Habíamos logrado, tras cuatro años de duro bregar, reconstruir noventa y seis. En aquel entonces, más de sesenta artistas y promotores extranjeros de seis países decidieron mantener el viaje a Holguín, encabezados por el cantante boricua Andy Montañez, que cantó a capella en las plazas públicas y se quedó casi sin voz, pero anida en el corazón de este pueblo.
Las noticias saltan entrecortadas: el promotor e historiador en Báguano que sintió como nadie ver caer nuestro "el árbol que silba y canta", junto al techo de su casa; los que por la mañana cumplen con su cotidiano deber y a la tarde se marchan adonde tampoco tienen; la directora de cultura en Banes llorando en plena madrugada porque destruyó de nuevo la Casa de la Cultura que tanto esfuerzo costó restaurar, y la directora de Mayarí con voz entrecortada aún explicando que los cables y los árboles cierran la calle principal pero ya logró enviar dos brigadas artísticas hacia Nicaro y Levisa.
Los fraternos músicos de la Steell Band del Cobre tocan alegremente en los latones para no llorar, porque han perdido ocho viviendas y dicen que es como si el sagrado lugar lo hubiesen bombardeado; el sacrificio de los artistas plásticos del Proyecto "En Negro" de Palma Soriano, quienes se quedaron a dormir en el piso del Centro de Arte, apoyándose unos a otros, y montaron una gigantesca instalación que incluye un caldero propio del vudú haitiano; los actores de la Asociación Hermanos Saiz que hacen de esculturas vivientes, todos hablan de lo mismo: Santiago, nuestro Santiago, golpeado al centro del pecho. Una cúpula de la Catedral inutilizada, el techo del Teatro Heredia casi perdido, en ruinas el remozado Teatro Oriente, impactado el hermoso Museo Bacardí... La segunda ciudad capital cubana a oscuras, y como partida al mismo medio.
Por ello las Brigadas Artísticas Internacionales de Solidaridad siguen saliendo desde Holguín en todas direcciones. Como mismo llegó el cantante cubano Waldo Mendoza, un hombre sencillo que ha venido manejando su propio auto, para sumarse de manera voluntaria, cuando llena teatros en La Habana con solo ser anunciado. Sólo ha pedido descansar un rato de las doce horas de viaje, y ya estará cantando a la noche en la Casa de Iberoamérica. Y mañana a Cueto y a Banes. Y pasado mañana a Santiago, hasta el Cobre por la Ruta de la Virgen de la Caridad, la mambisa Patrona de Cuba, a actuar para quienes apoyaron que sus hijos músicos no dejaran de ir a la Fiesta de la Solidaridad.
Creo, desde esta altura en que diviso toda el azul de la bahía de Bariay, que hay una relación entre estos hechos casi épica y a ratos mística: los colores verdes y amarillos que estallan frente a los ojos; las banderas al borde de la ladera del anfiteatro, sostenidas una al lado de otra como este continente; esos niños y adolescentes recién llegados de la Patagonia argentina que, a la usanza de los mejores gauchos, taconean en una escasa plataforma el baile de su tierra con una vehemencia en los pañuelos que raja el aire.
Al borde del escenario, se desplaza inquieto el nieto del arqueólogo José Manuel Guarch del Monte, quien soñó restablecer en este Parque Nacional Cristóbal Colón la tierra más hermosa que ojos humanos vieron. Callado, continuamente acciona el obturador de su cámara como para dar testimonio de nuestro empeño. Abajo, eterno, el mar Atlántico aún se agita contra los acantilados, como para recordar que el Huracán Sandy se dirige a la costa este de los Estados Unidos. Arriba, nosotros por sobre su destrucción, perseverando en mantener viva la cultura de los pueblos que emergió del encontronazo de dos mundos.

1 comentario:

  1. Por acá, muchos pensaron que no era prudente seguir con una festividad como esa después del azote de Sandy. Otros ni se molestaron en pensar en ello y disfrutaron a plenitud la celebración, con todo lo que incluyó. Varios ponentes de provincias cercanas ni vinieron al evento teórico creyendo que se pospondría. Pero la verdad es que ya comenzada La Fiesta de la Cultura Iberoamericana, fue oportuno aprovechar sus potencialidades para llevar cultura y alegría hasta zonas afectadas por el meteoro.

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