Estas fotos muestran una vieja tradición habanera. Cada año, la noche previa al aniversario de fundación de la La Habana, que es además el día de San Cristóbal, Patrón de la Villa, los habaneros visitan el pequeño templo conmemorativo –conocido como El Templete–, que se erigió en el supuesto lugar donde se bendijo la futura construcción de la ciudad. En el interior del Templete hay un lienzo mural del pintor decimonónico francés radicado en Cuba, Vermay, en el que están representados los personajes más importantes de la época. Pero los habaneros no entran al interior del monumento, el objetivo de los miles de visitantes, a partir de las doce de la noche, es dar tres vueltas alrededor de la ceiba (nieta de la original, a cuya sombra, se dice, se produjo la bencidión fundadora), un árbol mitológico de la cultura afrocubana, y pedir un deseo. Muy cerca de allí, en la Catedral de La Habana, los creyentes pagan o hacen promesas a San Cristóbal y tocan tres veces la aldaba del portón de entrada. Tradiciones sincréticas, mestizas, como somos los cubanos.(Fotos de E. U. G)
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