Fragmento de una entrevista exclusiva para La Calle del Medio 22.
Precisamente el tema “Gozando en La Habana” y el disco “No mires la carátula”, fueron los catalizadores de la gira por Estados Unidos ¿Qué saldo tuvo la estancia de la Charanga en ese país?
Yo digo con mucho orgullo que lo que pasó con la Charanga Habanera en Estados Unidos en este año 2010, fue algo sin precedentes. Pienso que aunque vayan otras agrupaciones no podrá suceder lo mismo. No porque nosotros seamos mejores, es que se unieron muchas cosas: primero, hacía nueve años que una orquesta de música popular bailable cubana y que fuera popular, no viajaba a Estados Unidos; segundo, la Charanga Habanera —con una vigencia alta en el mercado de la música popular bailable en Miami, Nueva York, Los Ángeles—, tenía la canción “Gozando en La Habana” a un nivel de popularidad que no se puede calcular; lo tercero es que había mucho estado de opinión sobre las visas de la Charanga, que no llegaban, que no las daban… la gente había pagado entradas cuyos precios nunca se habían visto. Me estaban esperando las televisoras más recalcitrantes, pues ellos no podían abrir las puertas a estas orquestas y supuestamente para ellos estas orquestas también tenían prohibido asistir a sus programas. De repente les dijeron “invítenlos”, pensando que con esa provocación nosotros no asistiríamos, y resulta que como a mí nadie en Cuba me dijo que no asistiera a esas entrevistas yo fui. Igualmente lo hizo Israel [Rojas] después de mí.
Y esta intervención en medios de comunicación de Miami, que en otro momento quizás era impensable para cubanos “de Cuba”, qué repercusión tuvo, pensando que no solo la Charanga Habanera ha participado en estos espacios recientemente.
Resultó muy interesante. Cuando yo llegué a Estados Unidos la persona que nos llevó, dijo que nosotros llegábamos por un aeropuerto, y llegamos por otro, con la intención de que las cámaras no nos asediaran, y llevó una cámara de un canal para dar una cobertura pequeña de la llegada… Cuando llegué al hotel, esa misma tarde me pidieron entrevista del programa de María Elvira para el día siguiente y acepté. En el otro programa no tenía ninguna preocupación, porque a la persona que lo conduce la conozco desde hace mucho tiempo, la conozco muy bien y sabía que no podía atreverse a nada. Pero en el caso de María Elvira, como sé que es un programa eminentemente político, pedí dos condiciones: la primera fue que yo no visitaría el set donde ella normalmente entrevista a sus invitados, tenía que entrevistarme en un set neutral y yo hablaba con ella; como segunda condición me tenía que mandar un cuestionario una hora antes de la entrevista, y se cumplió; me mandaron el cuestionario, yo lo revisé y dije lo que podía preguntarme y lo que no, yo no podía dejar que María Elvira me metiera en su juego, yo no fui a eso… pero en esa entrevista yo fui muy ecuánime, tuve sangre fría muchas veces, mantuve mi sonrisa, y esa fue una de las cosas que nos dio uno de los éxitos más grandes en Miami, porque la gente salía para la calle diciendo “es la primera vez que un artista llega aquí, y hace una entrevista donde no hiere la susceptibilidad ni de los que estamos aquí ni de los que están allá, que viene sencillamente a dar su trabajo artístico”. Creo que todo eso se conjugó y los tres conciertos previstos se convirtieron en diez. No te puedo explicar cómo era, cuando llegábamos a los conciertos aquello era la locura.
Yo siempre digo que lo que sucedió con la Charanga Habanera en este 2010, dando una nueva apertura a la música popular bailable no se puede repetir… ahora parece que hay una avalancha de música cubana en Estados Unidos, lo que a mí me pone súper contento porque eso quiere decir que podremos repetir.
Ojalá que sí, porque la verdad es que la gente lo disfruta mucho, y nosotros tratamos de demostrar, —junto con los muchachos de Buena Fe, que son magníficos—, que somos artistas capaces de pararnos en cualquier podio y que nadie nos puede manipular.
Yo digo con mucho orgullo que lo que pasó con la Charanga Habanera en Estados Unidos en este año 2010, fue algo sin precedentes. Pienso que aunque vayan otras agrupaciones no podrá suceder lo mismo. No porque nosotros seamos mejores, es que se unieron muchas cosas: primero, hacía nueve años que una orquesta de música popular bailable cubana y que fuera popular, no viajaba a Estados Unidos; segundo, la Charanga Habanera —con una vigencia alta en el mercado de la música popular bailable en Miami, Nueva York, Los Ángeles—, tenía la canción “Gozando en La Habana” a un nivel de popularidad que no se puede calcular; lo tercero es que había mucho estado de opinión sobre las visas de la Charanga, que no llegaban, que no las daban… la gente había pagado entradas cuyos precios nunca se habían visto. Me estaban esperando las televisoras más recalcitrantes, pues ellos no podían abrir las puertas a estas orquestas y supuestamente para ellos estas orquestas también tenían prohibido asistir a sus programas. De repente les dijeron “invítenlos”, pensando que con esa provocación nosotros no asistiríamos, y resulta que como a mí nadie en Cuba me dijo que no asistiera a esas entrevistas yo fui. Igualmente lo hizo Israel [Rojas] después de mí.
Y esta intervención en medios de comunicación de Miami, que en otro momento quizás era impensable para cubanos “de Cuba”, qué repercusión tuvo, pensando que no solo la Charanga Habanera ha participado en estos espacios recientemente.
Resultó muy interesante. Cuando yo llegué a Estados Unidos la persona que nos llevó, dijo que nosotros llegábamos por un aeropuerto, y llegamos por otro, con la intención de que las cámaras no nos asediaran, y llevó una cámara de un canal para dar una cobertura pequeña de la llegada… Cuando llegué al hotel, esa misma tarde me pidieron entrevista del programa de María Elvira para el día siguiente y acepté. En el otro programa no tenía ninguna preocupación, porque a la persona que lo conduce la conozco desde hace mucho tiempo, la conozco muy bien y sabía que no podía atreverse a nada. Pero en el caso de María Elvira, como sé que es un programa eminentemente político, pedí dos condiciones: la primera fue que yo no visitaría el set donde ella normalmente entrevista a sus invitados, tenía que entrevistarme en un set neutral y yo hablaba con ella; como segunda condición me tenía que mandar un cuestionario una hora antes de la entrevista, y se cumplió; me mandaron el cuestionario, yo lo revisé y dije lo que podía preguntarme y lo que no, yo no podía dejar que María Elvira me metiera en su juego, yo no fui a eso… pero en esa entrevista yo fui muy ecuánime, tuve sangre fría muchas veces, mantuve mi sonrisa, y esa fue una de las cosas que nos dio uno de los éxitos más grandes en Miami, porque la gente salía para la calle diciendo “es la primera vez que un artista llega aquí, y hace una entrevista donde no hiere la susceptibilidad ni de los que estamos aquí ni de los que están allá, que viene sencillamente a dar su trabajo artístico”. Creo que todo eso se conjugó y los tres conciertos previstos se convirtieron en diez. No te puedo explicar cómo era, cuando llegábamos a los conciertos aquello era la locura.
Yo siempre digo que lo que sucedió con la Charanga Habanera en este 2010, dando una nueva apertura a la música popular bailable no se puede repetir… ahora parece que hay una avalancha de música cubana en Estados Unidos, lo que a mí me pone súper contento porque eso quiere decir que podremos repetir.
Ojalá que sí, porque la verdad es que la gente lo disfruta mucho, y nosotros tratamos de demostrar, —junto con los muchachos de Buena Fe, que son magníficos—, que somos artistas capaces de pararnos en cualquier podio y que nadie nos puede manipular.
que bien por David Calzado, pero dejó un mal sabor que cambiara el estribillo de la canción.
ResponderEliminarLa justificación no me convence