En la edición 59 del periódico Patria, en 1893, Martí escribió: "La salud de quien ama a la patria, está en la patria. La sirven, y se renace. La abandonan, y se muere. Algunos pasan vendados por el mundo sin conocer, por el entretenimiento del egoísmo, que la patria es nuestra entraña".
En esta hora Cuba, la Patria, el recuento y la marcha unida nos obligan a aunar voces y el ejercicio de sí para proteger lo que somos, lo que hemos sido y lo que seremos. Cada cubano, por un momento, sostenga la mirada hacia el altar de la patria agradecida y protéjala, desde el umbral más sublime del deber hasta la piedra más exquisita de la libertad. Con la sabiduría del corazón reclamemos el derecho a defender nuestra Cuba del vejamen que significa el despecho de sus agoreros. Nada más humillante para ella que ser ofendida por la voracidad del bárbaro que nos la codicia; nada más ignominioso que saberla envilecida por etiquetas en nombre de falsos mártires.
En el campo de batalla, al grito de ¡Viva Cuba Libre!, se posponían los conflictos individuales para después de la victoria. Hoy nos corresponde, cuando ya el grito redentor está dado, unirnos para salvaguardar la Madre Cuba que siempre nos espera con los brazos abiertos, con el cálido regazo
de la esperanza. ¡Cubanos!, cerremos fila al que acecha lo que hemos sido y tenido hasta
hoy, al que pretende erigirse en amo de nuestros aciertos y desaciertos; a quien pretende que nuestra rodilla nuevamente toque el polvo. Desde hace 50 años hemos estado erguidos: ¡así seguiremos!
"A quien me la ama, le digo en un gran grito: Hermano. Y no tengo más
hermanos que los que me la aman".
Yanetsy Pino Reina y Marco Antonio Calderón Echemendía
Escritores espirituanos. Miembros de la UNEAC.
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