Eliades Acosta Matos
Especial para La Isla Desconocida
Los guantazos que el Sr. Daremblum recibe por estos días, al poner galantemente su cara en la ímproba tarea de defender un indefendible golpismo hondureño, por encargo expreso del clan neoconservador norteamericano y de las agencias de inteligencia que están tras el putsch, no deben causarle mayor daño. El Sr. Daremblum está acostumbrado a ello. Y si alguien lo duda, que revise la carta abierta que en respuesta a sus puntos de vista enviase el Sr. Martin Calisaya, embajador de Bolivia en Costa Rica, el pasado 18 de marzo. En ella se refutan los puntos de vista de este abogado del neoliberalismo y los intereses de las grandes corporaciones de su país, atribuyendo sus errores a “… su apego a un tipo de visión que sobre Bolivia y su proceso de transformaciones han difundido aquellos sectores apegados al statu quo y a los privilegios de las castas gobernantes en Bolivia”.
No solo lo dice el embajador boliviano, sino lo grita el historial del Sr. Daremblum. Un embajador norteamericano que desde 1970 tiene lucrativos negocios en el mismo país donde se supone no represente solo sus intereses particulares, sino los de su nación, siempre dejará un saborcillo a corrupción y a parcialidad en su accionar. La firma de abogados Daremblum & Herrera, que se reconoce formada por… “una elite de abogados costarricenses”, es en rigor, una caballo de Troya de los intereses estratégicos de las transnacionales clavado en el costado de América. La lista de sus clientes incluye a consorcios como la Dupont, General Electric, Pepsico. Inc, Televisa International, Basf.Corp, IBM, Procter and Gamble, y Bayer Sa.
Sin dudas, cuando el Sr. Daremblum abría la boca desde su embajada, criticaba o defendía lo que fuese, o escribe hoy como “especialista en temas latinoamericanos” ¿lo haría y lo hace pensando en los intereses del norteamericano común que se gana su vida trabajando en las fábricas de Detroit o labrando la tierra en Arkansas, o en los ingresos que le reporta su cartera de clientes?
El 3 de junio del 2004, el diputado costarricense Luis Gerardo Villanueva, presidente de la Comisión de financiamiento de partidos políticos, interpuso una denuncia contra el Sr. Daremblum ante el Tribunal Supremo Electoral, … “por haber contribuido con $ 10 mil usd a la campaña política del Dr Abel Pacheco… violentando así la imparcialidad e independencia de su cargo”. La denuncia, como era de esperar, fue desestimada alegándose para ello retruécanos leguleyos, pero quedó demostrado ante la opinión pública costarricense e internacional que el embajador norteamericano en ese país, no solo se inmiscuía en sus asuntos internos, sino que financiaba descaradamente a sus políticos preferidos, que debieron ser, por lógica, los preferidos de sus clientes.
En cuanto al Atlantic Council que une en una misma jauría a un pájaro del plumaje del Sr. Daremblum y al general Jonh Alexander Gordon, ex Vicedirector de la CIA y ex Asesor del Homeland Security Department durante ese reinado neoconservador que fue la administración de George W. Bush, es necesario apuntar algunos detalles.
El Atlantic Council es un tanque pensante con sede en Washington que considera su misión… “la de promover el liderazgo constructivo de los Estados Unidos y su comprometimiento en los asuntos internacionales partiendo del rol central de la comunidad atlántica para enfrentar los retos del Siglo XXI”. Si apartamos la hojarasca del lenguaje sibilino y políticamente correcto de esta definición, no es difícil entender que estamos en presencia de un tanque pensante imperialista, empeñado en acompañar la expansión y renovación hegemónica norteamericana a través de esa autopista estratégica comercial y de comunicaciones que es el Atlántico. Estos objetivos a lograr quedan aún más evidentes cuando conocemos que tiene, entre sus direcciones principales de acción… “construir consenso en la política de los Estados Unidos hacia Rusia, China, Japón, Corea y Taiwán”, “elaborar hojas de ruta de la política norteamericana hacia los Balcanes, Cuba, Iraq, Irán y Libia”, y “seguir la expansión de la OTAN”. De este mecanismo justificativo y promotor de la razón imperial es director el general Gordon, y uno de sus colaboradores estrechos el inefable Sr. Daremblum, siempre a la sombra del poder.
En agosto del 2002, en la cresta de la ola de la guerra infinita de Bush contra el terrorismo, se filtró a la prensa la existencia de un nuevo grupo ultra-secreto de inteligencia conocido como “ Proactive Preemptive Operations Group( P2OG). El propio Donald Rumsfeld afirmó en un documento interno del Pentágono que su misión principal era… "estimular reacciones entre los grupos terroristas, llevándolos a cometer acciones violentas que los expongan a un contraataque de las fuerzas norteamericanas". Estas operaciones tan arriesgadas como de imprevisibles consecuencias, y con un costo impagables de vidas de inocentes, incluso, dentro de la propia población norteamericana, “incluía el estímulo de reacciones entre terroristas y estados que posean armas de destrucción masiva, llamándolos a la acción”. Por aquellos días, el diario Los Angeles Times subrayaba lo obvio: “El rol de este grupo es fabricar el terrorismo que debe ser combatido”, lo que significaba, a la larga, no solo la legitimación de las políticas imperialistas de la administración Bush, sino también garantizar las ocurrencias de guerras infinitas que reportarían enormes ganancias al Complejo militar-industrial. Esta simbiosis resume, curiosamente, el sentido de la vida, la vocación profunda del movimiento neoconservador. Sin dudas, en este punto, la serpiente se muerde la cola.
Estos son los personajes y las fuerzas que están detrás de la trama sangrienta de un golpe militar jurásico, como este de Honduras. Sus trayectorias explican la manera en que este ha ocurrido y se desarrolla, hasta que el pueblo y la presión internacional combinada lo barra y lo envíe al basurero de la historia. A estos amos sirve un bufón como el Sr. Micheletti, por ellos golpean y hieren a sus conciudadanos los policías y soldados hondureños. A ellos amplifican servilmente las cotorras de la contra ilustrada cubana, los señoritos que sueñan con el retorno triunfal del capitalismo a su patria, y se regodean imaginando a los jenízaros del imperio golpeando y masacrando a su pueblo.
Por eso en Honduras tendrán en breve una contundente derrota popular, como hace cincuenta años la tuvieron en Cuba, como ya la han tenido en Ecuador, Nicaragua, Bolivia, Venezuela, El Salvador… Y aunque los golpistas mantengan por ahora la represión, señal de que por debajo de la mesa siguen recibiendo guiños cómplices de gentuza como las que representan Daremblum y el general Gordon, o ese political serial killer que es John Negroponte, a espaldas y en contra del presidente Obama, contra cuya buena voluntad va también dirigido este golpe, la verdad se está escribiendo en las calles, a la luz pública, y no en las oscuras sombras de las oficinas imperiales.
Si, los tiempos están cambiando.
VEA:
Honduras: golpe de estado contra la democracia y... Obama (I)
Honduras: golpe de estado contra la democracia y... Obama (II)
Honduras: golpe de estado contra la democracia y... Obama (III)
El peligroso ejemplo de Cuba
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