La Isla Desconocida navega en pos de sí misma, la utopía en pos de la utopía, buscándose y hallándose siempre a medias, en mares cercanos a los dominios reales.
sábado, 4 de julio de 2009
Zelaya: estoy dispuesto a sacrificarme por mi pueblo
Proclama de José Manuel Zelaya, presidente constitucional de la República de Honduras, a la nación, el 4 de julio de 2009
Compañeros y compañeras; Compatriotas hondureños:
Les habla su presidente Manuel Zelaya Rosales. Quiero decirles que el destino de mi vida está ligado al destino del pueblo hondureño. En la mañana del 28 de junio, mientras me prestaba a ir a ejercer mi voto en una encuesta popular promovida por el pueblo hondureño, fui víctima de atropellos, de asalto y de violación, secuestro, fui apresado y expulsado de mi país por las fuerzas militares de Honduras; fuerzas militares que hoy se han prestado y están en complicidad con la élite voraz que exprime y asfixia a nuestro pueblo. Obedecen sus órdenes, no defienden nuestra nación ni la democracia. Este zarpazo es en contra de la nación hondureña y ha puesto en evidencia ante el mundo que en Honduras todavía hay una especie de barbarie y personas que no tienen conciencia del daño que les hacen a nuestro país y a las futuras generaciones. A través de estos medios de comunicación exijo a que continuemos con la participación del pueblo, que es el actor principal de nuestra democracia y de las soluciones que puedan tener los grandes problemas de pobreza y desigualdad que vive nuestra nación. Los hondureños hemos enfrentado muchos problemas y siempre hemos sabido unirnos para salir adelante, y esta es una gran oportunidad para demostrarle al mundo que los hondureños somos capaces de enfrentar estos problemas y de salir adelante, a pesar de los obstáculos de esta secta criminal que hoy pretende apropiarse de los destinos de nuestra nación y de nuestros hijos. Hablo a ustedes, golpistas, traidores, judas que me besaron la mejilla para después darle un gran golpe a nuestro país y a la democracia. Deben de rectificar en el menor tiempo posible, están rodeados. El mundo les ha hecho un vacío, todas las naciones del mundo los han condenado, sin excepciones, hay un repudio general contra ustedes; no van a pasar en vano sus hechos, porque los tribunales internacionales tendrán que rendirles cuentas por el genocidio que están haciendo en nuestro país, al suprimir las libertades, al reprimir a nuestro pueblo. Yo estoy organizando mi retorno a Honduras. Les pido a todos los campesinos, a las amas de casa, a los pobladores, a los indígenas, a los jóvenes, a los diferentes grupos de organizaciones de trabajadores, empresarios; diferentes amigos políticos que tengo en todo el territorio nacional: alcaldes, diputados, que me acompañen en mi regreso a Honduras, que es el regreso del Presidente electo por la voluntad soberana del pueblo. Es el único medio de elegir presidentes en Honduras, no perdamos nuestro derecho, no permitamos que particulares empiecen a tomar las decisiones que corresponden al pueblo hondureño a través de su legitimidad y de su voluntad popular. Estoy dispuesto a hacer cualquier esfuerzo, cualquier sacrificio por obtener la libertad que nuestro país necesita. ¡O somos libres o seremos esclavos en forma permanente, si no tenemos el valor de defendernos! ¡No lleven armas, ninguna arma! Practiquen lo que yo siempre he predicado: la no violencia. Que ellos sean los que lleven la violencia, las armas y la represión, y los hago responsables a los golpistas de cada vida, de cada persona, de cada integridad física y de la dignidad del pueblo hondureño. Nosotros nos vamos a presentar al aeropuerto internacional de Honduras en Tegucigalpa con varios presidentes, varios miembros de comunidades internacionales, y el día domingo, este domingo estaremos en Tegucigalpa abrazándolos, acompañándolos, para hacer valer lo que tanto hemos defendido en nuestra vida, que es la voluntad de Dios a través de la voluntad del pueblo. Saludos, compatriotas. ¡Que Dios nos proteja y nos bendiga a todos!
Ensayista y periodista. Es autor de los libros Ensayos de identidad (1993), De la historia, los mitos y los hombres (1999), La utopía rearmada (2002), Venezuela rebelde (2006), Cuba, ¿revolución o reforma? (2012), Ser, parecer, tener (2014) y Zona roja. La experiencia cubana del ébola (2016), entre otros. Integró el equipo de redacción de la Historia de la literatura cubana en tres tomos, que preparó el Instituto de Literatura y Lingüística. Fundó y dirigió la revista Contracorriente (1995 - 2004) y la Videoteca Contracorriente del ICAIC (2003 - 2007). Creó y dirigió a partir de 2008 y hasta 2016 La Calle del Medio, publicación de opinión y debate. En la actualidad dirige la 4ta época de la revista Cuba Socialista, órgano teórico y político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Recibió en 2002 la Distinción por la Cultura Nacional y en el 2011 la Orden Félix Elmuza. En el 2015 recibió la Medalla Hazaña Laboral.
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