E. U. G.
Se acerca Zelaya a la frontera. Del otro lado interceptan los autos, y la gente avanza a pie, incontenible. Los golpistas establecen un nuevo tope para el toque de queda: las doce del día. Hay disparos, y heridos. ¿A quién se le pide contención ante la violencia? De la violencia son responsables los militares hondureños. Ellos pueden evitarla. Es curioso: ya el gobierno norteamericano no siente pudor en defender el golpe. Pide al presidente constitucional de Honduras que no ingrese a su país; no le pide a los militares hondureños que respeten al pueblo que reclama el retorno del presidente que eligió en las urnas. La palabra "democracia" --tan llevada y traída en otras ocasiones--, desapareció de los medios trasnacionales de manipulación. Ahora la palabra de moda es "legalidad": ante el rumbo imprevisto que tomaba la democracia --nocivo para la decadente oligarquía hondureña, y sobre todo, para los intereses geopolíticos del imperialismo en la región--, hay que interponer una legalidad que la restrinja. ¿Qué sucederá en las próximas horas? Las leyes, o son la expresión jurídica de normas morales socialmente acatadas, o son instrumentos ineficaces de represión. Si la nueva legalidad es un mecanismo de contención para la democracia, el pueblo debe derribarla.
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